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miércoles, 8 de octubre de 2014

Kote

En esta ocasión os voy a hablar de Kote un restaurante que abrió sus puertas en abril de este año en Sabadell.
Pizzarra que encontramos fuera
Cuando nos hablan de un restaurante japonés lo primero que nos viene a la mente es que vamos a ver una extensa carta de sushis, pero Kote se diferencia por esto, ya que sus especialidades son los okonomiyaki y el yakisoba, ambos platos con pasta como ingrediente principal.
Okonomiyaki estilo Osaka
Niniku yakisoba
El restaurante toma el nombre del utensilio que se usa tanto para preparar el okonomiyaki como para comerlo. Se trata de una paleta metálica que sirve tanto como de espátula como para cortar. Forma parte de la "cubertería" que encontramos al sentarnos en la mesa, junto con un pequeño plato individual y unos palillos.

Prácticamente lo primero que vemos al llegar a la entrada es una enorme máquina con la que hacen la pasta con la que elaboran sus platos. En una entrevista comentan que esta máquina la trajeron expresamente desde japón.
Máquina que usan para hacer la pasta
La carta es muy llamativa por su tamaño y diseño: es un díptico rígido gigantesco, con la descripción de los platos en el interior, y el dibujo de lo que parece un osito en el exterior.

Respecto a los platos, optamos por un entrante y dos principales: torikara como entrante (pollo marinado y rebozado), niniku yakisoba (yakisoba al ajo con mantequilla) y okonomiyaki estilo Osaka.

Torikara
Siendo para dos, quizá nos sobró incluso el entrante, pero como estaba tan rico, forzamos un poco la maquinaria para dejarnos lo menos posible. Cuando ya no podíamos más, la amabilísima chica que nos sirvió nos ofreció envolvernos las sobras del okonomiyaki para llevar a casa. ¡Si lo hubiésemos sabido habríamos comido un poco menos!.

Otra de sus maravillas son los postres caseros y los tés. Si habéis visto alguna vez la serie de Doraemon seguro que os sonarán los dorayakis: pastelillos parecidos al típico pancake americano, per o más pequeño, y en este caso relleno de una picada de mango con una suave mousse de trufa. Desde luego los recomiendo, ¡estaban exquisitos!. En cuanto a los tés. tienen gran variedad y la forma en la que se sirve me ha parecido cuanto menos curiosa. Sirven la tetera de terracota individual con el agua caliente y el té en un platito a parte, para que lo prepare quien vaya a beberlo. Para que no se salga y caiga en el vaso, la tetera lleva una especie de escobilla metálica en el pitorro que deja todo el contenido del té dentro de la tetera y deja que salga el chorro sin gotear.
Dorayaki
La decoración me ha fascinado, es de esos sitios a los que entras y ya te enamora por su limpieza, sus cuadros originales y bonitos, flores, todo muy "kawaii". La música muy en concordancia con el lugar, parecía ser pop contemporáneo japonés, contrastando con la típica música oriental de ascensor que se oye en algunos de estos sitios. Pero lo que llama más la atención es la visita al baño. No se si conocéis los retretes inteligentes Toto, si no es así y vais alguna vez a Kote, os invito a entrar al baño aunque solo sea a curiosear.

El baño por fuera

WC Toto
Y una de las cosas que también me gustaría destacar es el trato del personal, son extremadamente educados, amables, simpáticos y muy risueños. Es de agradecer ver a gente trabajando en un restaurante con una amplia sonrisa.

Desde luego es un restaurante que recomendaría a todo el que le guste la buena comida, acompañado de un trato amable y en un lugar diferente. ¡Nosotros volveremos!.

¡Ukyo de Ranma 1/2 hacía okonomiyakis!

domingo, 4 de noviembre de 2012

El Duende de Poble Sec

Ayer fuimos a cenar a un restaurante situado en Barcelona llamado El duende de Poble Sec.
La entrada al restaurante
El lugar es pequeñito, pero realmente encantador. Tiene una decoración a base de piedra, plantas, flores y figuras con forma de duendecillos. El pasillo que encontramos nada más entrar tiene una parte de cristal con un fondo decorado. He de decir que a mi particularmente ese tipo de suelos no me agradan, son muy bonitos, pero caminar sobre cristal por mucho que esté reforzado, nunca me ha inspirado gran confianza.

Fuimos a cenar un menú degustación. Me parece muy buena idea que los restaurantes ofrezcan este tipo de alternativas, no tienes que pensar qué comer y suelen ofrecer manjares estupendos por un módico precio. Además de incluir bebidas y una cantidad de comida con la que los comensales salimos más bien hinchaditos.

Nuestro menú fue el siguiente:
De primero había un pica pica compuesto de:

-Surtido de canapés
Cada uno era distinto, con guarnición de tomate
-Croquetas caseras
Dos de jamón y dos de cocido
-Hojaldre relleno de espinacas con queso de cabra
Riquísimo, la miel le daba un toque exquisito
-Tabla de ibéricos con pan de payés
El embutido era ibérico bueno y el pan tostado con tomate era perfecto para acompañar
De segundo plato se podía escoger entre pato a la naranja, medallón de merluza al cava o fondue de quesos daneses, este último para compartir.
Nosotros nos quedamos con la última opción.
Hay que ir removiendo para que el queso no se queme
Y en cuanto a la variedad de postres, nos dieron a escoger tiramisú, brownie, tarta de manzana o flan de mató.
Sisco optó por tiramisú y yo por el flan.

También comentar el ambiente tan agradable que había. La camarera que nos atendió lo hizo con gran profesionalidad, los platos eran servidos con gran rapidez y la dueña del local venía de vez en cuando a charlar con los clientes, en el punto justo de amabilidad y cordialidad sin llegar a ser pesada ni molesta.

Una noche deliciosa, con gran compañía y con parking delante del edificio, dato importante.

domingo, 16 de septiembre de 2012

La lluna

Ayer fui con mi pareja a disfrutar de una cena, regalo de mi 27 cumpleaños por parte de algunos familiares, a los que se lo agradezco porque nos encantó.

El restaurante se llama La lluna, está situado en Barcelona, en la calle Santa Ana nº20. He de decir que, aún estando en una calle paralela a la Rambla, nos costó de encontrar porque el mismo número daba lugar a un Hotel, y había que girar un callejón donde en su interior se encontraba el restaurante.

La atención fue en todo momento exquisita, camareros muy educados, atentos por si faltaba algo, si terminábamos el plato nos lo retiraban enseguida y no tardaban nada en traer el siguiente.

De primeras nos sentaron en una mesa para dos, acompañando la carta con una copa de cava. Nosotros no tuvimos que mirar la carta puesto que íbamos a una cena degustación de cuatro platos más dos postres.

Los platos fueron los siguientes:

Ensalada con queso de cabra crujiente, chutney de papaya, mango al romero, tapenada y crujiente de arroz.
Creo que es la mejor ensalada que he probado en mi vida, una vinagreta exquisita y  el queso con la guarnición deliciosa, un plato de diez.

Ravioli de espinacas y ricota con crema de trufa y concassé de tomate-perifollo.
Nos cogieron por sorpresa, ya que esperábamos otro plato, pero nos encantó y nos sorprendieron los sabores. Fue divertido intentar averiguar qué llevaba en el interior.


Corvina salvaje con verduras, pimientos del piquillo y aire de remolacha.
Los que me conozcan sabrán que no me gusta nada el pescado, pues con  este plato he descubierto que este me encanta, un sabor muy suave que junto al acompañamiento estaba tremendo. Muy curioso el aire de remolacha, textura muy fina y liviana.


Magret de pato con peras a la vainilla y puré al aroma de ajo-laurel.
Este fue el peor plato sin duda, no quise ni probarlo, estaba extremadamente crudo y sangrante, lo demás era bastante "normal".


Carpaccio de piña al jengibre con sorbete de miel de flor de lavanda.
¿Cómo puede estar tan bueno un helado? Como dijo mi pareja "sabe a abuela" y es que ese olor y sabor a lavanda nos transportaba a la típica casa de nuestros abuelos y esos aromas a flores tan típicos.


Brownie con sorbete de flor de lavanda y crema inglesa.
Clásico brownie, no me gustó que repitieran el helado ya que se trataba de un menú degustación, pero imagino que no tendrían el plato original, de todas formas estaba muy bueno. Este costó que entrase después de los cinco platos anteriores.


El segundo plato lo cambiaron porque de primeras eran unos fideos de arroz con langostinos, albahaca, tomate cherry, calabaza y wakabe, pero estamos igualmente satisfechos con el plato que nos sirvieron. Lo mismo pasó con el último postre, Brownie con sorbete de naranja sanguina y crema inglesa. 

Terminamos con un café y de vuelta a casa.

Una gran velada con la mejor compañía que podía tener, en un lugar nuevo para nosotros, al que no me importaría repetir.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Cheese's Art

En esta entrada os hablaré de la segunda parte del regalo de cumpleaños, una cena en el restaurante Cheese's Art, situado en la calle Enrique Granados, 13 de Barcelona.
Lo primero que nos llama la atención es "la mascota de la casa" y qué mejor animal que una pintoresca vaca. Una vez entramos en el recinto y ya situados en la mesa, observamos una decoración diferente, divertida, con gusto y cuidada. Los cuadros con pinturas fácilmente reconocibles, pero a su vez modificadas con motivos queseros, envuelven todo el local.

Mientras esperábamos los platos, nos trajeron un cuenco con olivas aliñadas. Me atrevería a decir que estaban bañadas en vino, realmente ricas.

Pedimos todo para compartir, primero una base de ensalada Cheeseʼs con 3 quesos gratinados con miel: Torta de Oveja, Cabra y Pont l'Évêque, del que no dejamos ni las migas.

De plato principal, también para compartir, pedimos una fondue elaborada como la Suiza (fondue con Emmental Suizo, Gruyère, Appenzell y vino blanco seco) pero dentro de un pan gallego con vino blanco y acompañado de jamón ibérico y dados de pan. Este plato, según la carta es mínimo para dos personas y máximo para tres. Pero bajo mi experiencia, diría que es mínimo cuatro y máximo seis, sobre todo si antes has pedido una ensalada o algún entrante.
Como detalle curioso, varios de los camareros nos preguntaron si queríamos que ellos nos cortasen el pan, para comerlo junto con el queso. No es la primera vez que comemos una fondue de ese estilo pero nunca nos habían preguntado eso.

De postre, pedimos tiramisú y sopa de chocolate blanco con bola de helado de frutos del bosque. A cual de los dos más exquisito.

Y para terminar los cafés, de aroma y sabor intenso.

Un lugar curioso y recomendado para todos aquellos que les gusten los quesos. También deciros que a parte de quesos tienen otros platos distintos e incluso hacen un curso de shushi para los más atrevidos.