Mostrando entradas con la etiqueta regalos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta regalos. Mostrar todas las entradas

sábado, 8 de diciembre de 2012

Culpables

Hace unas semanas fuimos a ver una obra de teatro, Culpables.

Se puede ir a ver los sábados a las 22:30h en la sala Porta4, en Barcelona. El diálogo es en catalán. Y trata de un individuo (Manel Piñero, puede que lo conozcáis por Homo APM) que aparece atado en un sillón situado en el interior de un sótano de una masía  No sabe por qué está ahí, lo único que recuerda es que estaba celebrando su despedida de soltero. Hay otro personaje que va oculto tras una máscara (Lluís Altés) y un aparato que le distorsiona la voz. No sabremos hasta el final de la obra si se trata de una broma o una brutal tortura.

Flyer de la obra
He de decir que tuvimos que ir dos veces, porque la primera no supimos llegar. Me explico, sí llegamos, pero cuando vimos el lugar pensamos que nos habíamos equivocado. Normalmente cuando vas a ver una obra te la esperas en un teatro "normal", de esos que hay miles concentrados en una misma calle, pero en este caso no. Esta obra se encuentra en una calle algo apartada, detrás de una puerta que parece más un garaje que otra cosa. Una vez dentro, hay un patio en el que has de esperar para entrar a la sala donde hay un aforo de unas 40 personas.

La verdad que el lugar es diferente, no es algo malo, simplemente eso. Creo que pocas veces puedes ver tan de cerca a los actores, eso sí, la sala tiene un fallo muy grande y es que no está inclinada, por lo que la visión es algo molesta. Además de tener unos asientos algo incómodos. 

Creo que nunca lo había pasado tan mal viendo un espectáculo, en el sentido bueno de la palabra. Es una obra realmente asfixiante, agobiante, no sabes por qué está pasando y quieres saber por qué, creo que pasas hasta miedo. Para ser una producción humilde, se pone a la altura de grandes producciones.

Tiene interés desde el primer minuto hasta el último, es más, nos gustó tanto que le hemos regalado unas entradas a mis padres, así que quien tenga la oportunidad de ir que vaya, no se arrepentirá.

domingo, 4 de noviembre de 2012

El Duende de Poble Sec

Ayer fuimos a cenar a un restaurante situado en Barcelona llamado El duende de Poble Sec.
La entrada al restaurante
El lugar es pequeñito, pero realmente encantador. Tiene una decoración a base de piedra, plantas, flores y figuras con forma de duendecillos. El pasillo que encontramos nada más entrar tiene una parte de cristal con un fondo decorado. He de decir que a mi particularmente ese tipo de suelos no me agradan, son muy bonitos, pero caminar sobre cristal por mucho que esté reforzado, nunca me ha inspirado gran confianza.

Fuimos a cenar un menú degustación. Me parece muy buena idea que los restaurantes ofrezcan este tipo de alternativas, no tienes que pensar qué comer y suelen ofrecer manjares estupendos por un módico precio. Además de incluir bebidas y una cantidad de comida con la que los comensales salimos más bien hinchaditos.

Nuestro menú fue el siguiente:
De primero había un pica pica compuesto de:

-Surtido de canapés
Cada uno era distinto, con guarnición de tomate
-Croquetas caseras
Dos de jamón y dos de cocido
-Hojaldre relleno de espinacas con queso de cabra
Riquísimo, la miel le daba un toque exquisito
-Tabla de ibéricos con pan de payés
El embutido era ibérico bueno y el pan tostado con tomate era perfecto para acompañar
De segundo plato se podía escoger entre pato a la naranja, medallón de merluza al cava o fondue de quesos daneses, este último para compartir.
Nosotros nos quedamos con la última opción.
Hay que ir removiendo para que el queso no se queme
Y en cuanto a la variedad de postres, nos dieron a escoger tiramisú, brownie, tarta de manzana o flan de mató.
Sisco optó por tiramisú y yo por el flan.

También comentar el ambiente tan agradable que había. La camarera que nos atendió lo hizo con gran profesionalidad, los platos eran servidos con gran rapidez y la dueña del local venía de vez en cuando a charlar con los clientes, en el punto justo de amabilidad y cordialidad sin llegar a ser pesada ni molesta.

Una noche deliciosa, con gran compañía y con parking delante del edificio, dato importante.

domingo, 16 de septiembre de 2012

La lluna

Ayer fui con mi pareja a disfrutar de una cena, regalo de mi 27 cumpleaños por parte de algunos familiares, a los que se lo agradezco porque nos encantó.

El restaurante se llama La lluna, está situado en Barcelona, en la calle Santa Ana nº20. He de decir que, aún estando en una calle paralela a la Rambla, nos costó de encontrar porque el mismo número daba lugar a un Hotel, y había que girar un callejón donde en su interior se encontraba el restaurante.

La atención fue en todo momento exquisita, camareros muy educados, atentos por si faltaba algo, si terminábamos el plato nos lo retiraban enseguida y no tardaban nada en traer el siguiente.

De primeras nos sentaron en una mesa para dos, acompañando la carta con una copa de cava. Nosotros no tuvimos que mirar la carta puesto que íbamos a una cena degustación de cuatro platos más dos postres.

Los platos fueron los siguientes:

Ensalada con queso de cabra crujiente, chutney de papaya, mango al romero, tapenada y crujiente de arroz.
Creo que es la mejor ensalada que he probado en mi vida, una vinagreta exquisita y  el queso con la guarnición deliciosa, un plato de diez.

Ravioli de espinacas y ricota con crema de trufa y concassé de tomate-perifollo.
Nos cogieron por sorpresa, ya que esperábamos otro plato, pero nos encantó y nos sorprendieron los sabores. Fue divertido intentar averiguar qué llevaba en el interior.


Corvina salvaje con verduras, pimientos del piquillo y aire de remolacha.
Los que me conozcan sabrán que no me gusta nada el pescado, pues con  este plato he descubierto que este me encanta, un sabor muy suave que junto al acompañamiento estaba tremendo. Muy curioso el aire de remolacha, textura muy fina y liviana.


Magret de pato con peras a la vainilla y puré al aroma de ajo-laurel.
Este fue el peor plato sin duda, no quise ni probarlo, estaba extremadamente crudo y sangrante, lo demás era bastante "normal".


Carpaccio de piña al jengibre con sorbete de miel de flor de lavanda.
¿Cómo puede estar tan bueno un helado? Como dijo mi pareja "sabe a abuela" y es que ese olor y sabor a lavanda nos transportaba a la típica casa de nuestros abuelos y esos aromas a flores tan típicos.


Brownie con sorbete de flor de lavanda y crema inglesa.
Clásico brownie, no me gustó que repitieran el helado ya que se trataba de un menú degustación, pero imagino que no tendrían el plato original, de todas formas estaba muy bueno. Este costó que entrase después de los cinco platos anteriores.


El segundo plato lo cambiaron porque de primeras eran unos fideos de arroz con langostinos, albahaca, tomate cherry, calabaza y wakabe, pero estamos igualmente satisfechos con el plato que nos sirvieron. Lo mismo pasó con el último postre, Brownie con sorbete de naranja sanguina y crema inglesa. 

Terminamos con un café y de vuelta a casa.

Una gran velada con la mejor compañía que podía tener, en un lugar nuevo para nosotros, al que no me importaría repetir.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Pegados, el musical

Algunos de vosotros ya sabéis que Pegados, el musical fue uno de los regalos que me hicieron por mi cumpleaños. Últimamente tienen la costumbre de hacer regalos sorpresa, así que fui sin saber tan si quiera que iba a un teatro.

Fuimos a verlo en Club Capitol (Barcelona). Cuando entramos todavía no sabía qué es lo que iba a ver ni de qué iba la historia. Pero supuse que me gustaría o por lo menos esa es la sensación que tuve al ver que las entradas estaban agotadas.

Una vez dentro, pude observar que la sala era más bien pequeña. El escenario estaba decorado con unas telas a modo de sala de hospital y había un piano en uno de los lados. Poco después apareció el primer personaje, una enfermera, que nos explicó de forma divertida que lo que nos esperaba a partir de ese momento era un musical.



Apareció el doctor, que a su vez hacía de pianista y finalmente los actores principales.

La historia trata de dos jóvenes que se conocen una noche de bares y terminan en una situación muy incómoda. Os dejo la explicación que dio la enfermera:

“Bueno, supongo que no es necesario que les ponga en situación porque la situación está muy clara, vaya yo diría que clarísima y a un puntito de herir la sensibilidad de una servidora. El diagnóstico está claro: estaban fornicando y se han quedado pegados, un hecho normal pero no por ello común, o al menos entre humanos…

Pero lo pasado, pasado está. La putada es que les ha pasado a ustedes, oh, vaya, ya ves, qué lástima. Si no hubiesen fornicado no les hubiera ocurrido, es la ley de Murphy.

Bueno, no, no es la ley de Murphy, pero ¿y qué? En cuanto llegue el doctor les visitará y les separará. ¿Que cuándo llegará? Aaaah, qui lo sá? Si llegara ahora mismo terminaría el espectáculo. Así que vayan cantando que esto es un musical y yo no estoy pa hostias.

¿Alguna pregunta?”

UNA ENFERMERA


Si tenéis ganas de pasar un buen rato, os recomiendo esta obra. Es muy entretenida y divertida. Dura hora y media pero realmente parece que una vez ha terminado has estado media hora, porque se pasa volando.

domingo, 14 de agosto de 2011

Khana


Ayer fui a celebrar mi santo con mi pareja en un restaurante indio llamado Khana, en Barcelona.

El lugar es muy acogedor e íntimo, no demasiado grande, con poca luz y rodeado de cortinas. Lo encuentro ideal para ir en pareja, aunque también tienen mesas especiales para grupos.

Lo primero que me llamó la atención fue la recibida, ya que nos preguntaron en qué idioma queríamos la carta: español, catalán o inglés. Luego nos llevaron a una mesa para cuatro personas. Este detalle lo encuentro importante, ya que en muchos sitios las mesas suelen ser muy pequeñas y resulta incómodo cuando decides compartir platos con los acompañantes.

Nos entregaron la carta y decidimos qué comer. Al rato vino un señor a preguntarnos si sabíamos qué pedir, o necesitábamos ayuda. Al principio no entendía muy bien al camarero, porque tienen servicio multicultural y al parecer nos tocó un muchacho de fuera, pero he de decir que era muy educado y bastante simpático.

Mientras esperábamos la comida, nos trajeron unas tostas muy finas y cuatro salsas para acompañar, dos de ellas picantes. Si no recuerdo mal, las suaves eran de mango y la otra de menta y yogur. Y las picantes no os lo sabría decir, pero una era muy picante y tenía trozos de algo parecido a patata, no apta para todos los paladares y la otra era picante pero más suave.

Entonces llegaron los entrantes. He de decir que las cantidades son abundantes. Cuando leímos "entrante" nos imaginamos una cantidad más escasa que un plato principal, pero resultó que los entrantes eran de un tamaño considerable. Quizá cometimos el error de no preguntar, pero a la próxima no nos pasará.

Los entrantes que pedimos fueron Pollo Tikka (pollo adobado ligeramente picante con guarnición de ensalada) y Keema Samosa (empanadillas de cordero picado con guisantes).

Entre los entrantes y el plato principal nos trajeron un sorbete de limón con una hoja de menta para eliminar los sabores y refrescar la boca.

De plato principal pedimos Biryani con raita de cordero (arroz con trozos de cordero y salsa de yogur para acompañar) y Pollo Tandoori (pollo especiado y asado en horno tandoori), acompañado de pan indio con queso llamado Naan.

Como curiosidad, comentaros que a nuestro lado había un grupo de personas indias y vimos que estaban acompañando la comida con una bebida un tanto peculiar, unos batidos de yogur conocidos como Lassi. Así que optamos por hacer lo mismo. Mi pareja se decidió por un batido de agua de rosas y yo de mango.

Como entenderéis no pudimos con el postre, así que no puedo decir gran cosa, pero nos ofrecieron junto con la cuenta, un platito con un conjunto diverso de semillas llamado Pan masala que a parte de perfumar la boca, era digestivo.

En resumen, un lugar tranquilo y dónde comer diferente y bien, donde la única pega que le pondría fue la temperatura. Hacía bastante calor aunque es difícil saber si era por la potencia del aire acondicionado o por el tipo de platos.