miércoles, 14 de diciembre de 2011

Paseando por Figueres


Esta entrada la tenía pendiente desde hace algunas semanas y he pensado en hacerla ahora, que me sentía inspirada, ya que a veces por mucho que quieras no fluyen las palabras.

Algunos de vosotros ya sabréis que estuvimos fuera un fin de semana en una masía, de hecho os hice una entrada sobre ello. Aprovechamos para salir por los alrededores y conocer algunos de los museos que más nos llamaron la atención.

En esta entrada os hablaré sobre dos museos situados en Figueres, uno muy cerca del otro, apenas cinco minutos andando y que merece la pena visitar si os encontráis por esa zona, o si no tenéis nada mejor qué hacer.


Este museo ya llama la atención por su exterior. El museo está en una plaza, al lado de una catedral o iglésia y está envuelto por unas señoritas sujetando barras de pan o un buzo entre otros que coronan su cima.

Salvador Dalí era un artista un tanto especial, y eso lo hace notar en sus obras. Ninguna te deja indiferente. No voy a extenderme demasiado en esto, puesto que yo de obras no entiendo y mi criterio no puede ser muy válido. Así que simplemente os comento que hay obras de todo tipo, desde cuadros o esculturas, hasta habitaciones repletas de piezas únicas.
Una de las paredes del museo, con la iluminación del exterior
La pena es que cuando fuimos no estaban todas sus obras porque estaban haciendo una exposición en otro lugar y se llevaron las más conocidas, pero en general me gustó por su variedad y por qué no, su ida de olla en general.

Con la entrada, que he de decir que es un dolor de riñones lo que cuesta, podemos acceder a otro edificio llamado Dalí-Joyas, con joyas diseñadas, que no creadas, por Dalí.
Joya con movimiento simulando los latidos del corazón
Un dato que me pareció interesante es que es, si no me comentaron mal, el segundo museo más visto de España, después del museo del Prado (Madrid).


Este museo es más pequeño que el anterior, pero no por ello es peor. Es curioso y lo veo especialmente diseñado para padres y abuelos, ya que es fácil que recuerden juguetes de su época y revivan experiencias pasadas de su infancia.
Mariquita Pérez
En mi caso, que ya empiezo a hacerme mayor, sí que recordaba algunos de los juegos más típicos o actuales, pero muchos de ellos no pertenecían a mis juegos habituales durante mi época más jovial.
De todas formas me parece un recinto muy entrañable y muy ameno de visitar. Muchos de los objetos son donados por familias, e incluso por famosos.

Varios juguetes antiguos
Ambos museos son recomendables visitar, al menos una vez, si se tiene oportunidad.

Lo que me gustó y llamó la atención de ambos museos es que permiten hacer fotografías, siempre que sean sin flash. Esto está muy bien si te gusta hacer fotos a todo, como es mi caso, y tener un recuerdo para siempre.

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