viernes, 25 de noviembre de 2011

Mas del Joncar

Este fin de semana hemos estado en Sant Pere Pescador (Girona) hospedados en un mas rural llamado Mas del Joncar.
Parte de la entrada y del patio del Mas del Joncar
Está situada al inicio de la reserva natural Parc de Mig de Dos Rius, al lado de un gran campo de árboles frutales, el rio Fluvià y muy cerca de la playa, la cual se puede escuchar desde el propio jardín del mas.

El mas fue construido en el siglos XIX, dispone de cinco habitaciones, cada una con nombre de una especie de ave en particular. Dos habitaciones tienen terraza, no tuvimos la suerte de que nos las ofrecieran, aunque si es cierto que la que nos tocó nos gustó mucho, ya que daba a la parte delantera, y era una gozada ver las vistas que nos ofrecía. La habitación en la que estuvimos se llama Cucut, que al igual que las demás, dispone de baño, calefacción (muy agradecida en esta época del año), televisión que se puede ver desde la cama y teléfono.

Cuatro de las habitaciones están situadas en la parte de arriba, rodeando la sala de estar. Es muy acogedora, tiene un ventanal que da al patio, a las mismas vistas que se ven desde lo que fue nuestra habitación. Me parece ideal para la gente que pasa más días, ya que la sala dispone de un sofá bastante cómodo, revistas y un ordenador. Aunque lo que me pareció más acogedor fue un mueble con botellas de agua y galletas, para merendar o picar entre horas.

En la parte de abajo hay otra de las habitaciones, una sala a la que no accedimos ya que supusimos que era la habitación de los dueños, cocina, comedor y recibidor. 

La cocina era privada, aunque pudimos ver que se trataba de una cocina bastante normal, simplemente disponía de una mesa grande donde poder preparar mejor los platos.

El comedor era otro de los lugares en los que pasamos mayor tiempo. Cuando piensas en un comedor te imaginas un montón de mesas, pero teniendo en cuenta que hay un máximo de cuatro habitaciones, ya puedes imaginar que no va a ser así. Me pareció tan "de casa" que me encantó, y no solo me refiero a lo que era la habitación, con únicamente tres mesas, sino por todo en general.
La cocina está conectada con el comedor, hay un mueble con los aparatos para tostar el pan, hacer café y agua caliente. Justo al lado las tazas, cereales, etc y al lado una mesa con todo lo que debe estar más a mano, como por ejemplo los benditos desayunos.
Los desayunos: embutidos, quesos, membrillo, yogures, dulces, etc
 Y digo benditos desayunos porque ¡menudos desayunos! A quien le guste la comida de pueblo, los embutidos, las cosas buenas sabe a lo que me refiero. ¡Y que descubrimiento la butifarra dulce!

Otra cosa que me parece interesante es que en el recibidor y en la entrada tenían panfletos de distintos lugares a los que visitar, pero lo mejor es que al ser un establecimiento familiar, el propio dueño (Miquel) nos ayudaba con las posibles salidas y visitas interesantes. Es más, cuando fuimos al Parc Natural dels Aiguamolls de l'Empordà nos dejó sus prismáticos para poder disfrutar de cada detalle.
Retomando el tema de la comida, el Miquel era el cocinero, se encargaba de todo excepto de hacer las habitaciones, de las cuales se encargaba una chica. Menudo cocinero, todo productos de la tierra, de temporada y delicioso. Lo que llama la atención es que no puedes escoger lo que vas a comer o cenar. Hay un primer y segundo plato, lo que si se podía escoger era el postre, o la bebida.

Y para terminar os hablaré del jardín. Dispone de piscina y zona de juegos para los niños.
El jardín es inmenso, con árboles llenos de pájaros que te dan la bienvenida con su canto. 

Resumiendo, un sitio al que me encantaría volver, principalmente en primavera, ya que el lugar es exquisito para las personas a las que les guste la naturaleza, flora y fauna.
Un espacio lleno de tranquilidad, donde Miquel y sus fieles amigos (sus perros: Truc, Lluna y el sin nombre, o por lo menos del que no supimos y su gato Roc) te hacen la estancia perfecta.

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