Ayer fui a celebrar mi santo con mi pareja en un restaurante indio llamado Khana, en Barcelona.
El lugar es muy acogedor e íntimo, no demasiado grande, con poca luz y rodeado de cortinas. Lo encuentro ideal para ir en pareja, aunque también tienen mesas especiales para grupos.
Lo primero que me llamó la atención fue la recibida, ya que nos preguntaron en qué idioma queríamos la carta: español, catalán o inglés. Luego nos llevaron a una mesa para cuatro personas. Este detalle lo encuentro importante, ya que en muchos sitios las mesas suelen ser muy pequeñas y resulta incómodo cuando decides compartir platos con los acompañantes.
Nos entregaron la carta y decidimos qué comer. Al rato vino un señor a preguntarnos si sabíamos qué pedir, o necesitábamos ayuda. Al principio no entendía muy bien al camarero, porque tienen servicio multicultural y al parecer nos tocó un muchacho de fuera, pero he de decir que era muy educado y bastante simpático.
Mientras esperábamos la comida, nos trajeron unas tostas muy finas y cuatro salsas para acompañar, dos de ellas picantes. Si no recuerdo mal, las suaves eran de mango y la otra de menta y yogur. Y las picantes no os lo sabría decir, pero una era muy picante y tenía trozos de algo parecido a patata, no apta para todos los paladares y la otra era picante pero más suave.
Entonces llegaron los entrantes. He de decir que las cantidades son abundantes. Cuando leímos "entrante" nos imaginamos una cantidad más escasa que un plato principal, pero resultó que los entrantes eran de un tamaño considerable. Quizá cometimos el error de no preguntar, pero a la próxima no nos pasará.
Los entrantes que pedimos fueron Pollo Tikka (pollo adobado ligeramente picante con guarnición de ensalada) y Keema Samosa (empanadillas de cordero picado con guisantes).
Entre los entrantes y el plato principal nos trajeron un sorbete de limón con una hoja de menta para eliminar los sabores y refrescar la boca.
De plato principal pedimos Biryani con raita de cordero (arroz con trozos de cordero y salsa de yogur para acompañar) y Pollo Tandoori (pollo especiado y asado en horno tandoori), acompañado de pan indio con queso llamado Naan.
Como curiosidad, comentaros que a nuestro lado había un grupo de personas indias y vimos que estaban acompañando la comida con una bebida un tanto peculiar, unos batidos de yogur conocidos como Lassi. Así que optamos por hacer lo mismo. Mi pareja se decidió por un batido de agua de rosas y yo de mango.
Como entenderéis no pudimos con el postre, así que no puedo decir gran cosa, pero nos ofrecieron junto con la cuenta, un platito con un conjunto diverso de semillas llamado Pan masala que a parte de perfumar la boca, era digestivo.
En resumen, un lugar tranquilo y dónde comer diferente y bien, donde la única pega que le pondría fue la temperatura. Hacía bastante calor aunque es difícil saber si era por la potencia del aire acondicionado o por el tipo de platos.
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