Sí, así es como me he sentido este fabuloso fin de semana. Y es que como regalo de cumpleaños, entre otras cosas, me regalaron un fin de semana en un hotel de lujo con una cena inolvidable.
Para empezar hablaré del hotel. Es el conocido como
Hotel Rey Juan Carlos I ***** GL (contad estrellas contad xD).
Como todo era una sorpresa, no supe dónde iba hasta el momento en el que llegué al lugar. Por suerte me avisaron de que debía salir arreglada de casa, así que no me dio tanto apuro entrar por aquella magnífica entrada.
La puerta ya era una pasada, imaginarme el resto solo podía ser un sueño. En recepción nos atendieron muy bien y nos dieron la habitación 722, bonito número.
El hall era precioso, como os muestro en la foto, hacía una forma peculiar, silueta que podíamos encontrar en muchos de los accesorios del recinto.
No sabría que más contar, porqué había tanto que no podría parar de escribir. Los ascensores tenían una puerta de cristal que daba al hall, para poder verlo todo a medida que ibas subiendo o bajando y la habitación...qué decir de ella.
Era enorme, con una cama..ains que cama más cómoda. El baño una pasada y las vistas...desde nuestra ventana podíamos ver el Camp Nou, el patio del hotel, las piscinas, el campo de polo...
Bueno eso en general, quien quiera más detalles que no dude en preguntarme =D
La sorpresa de la noche consistía en una cena en un restaurante que hay en Barcelona. Su nombre es
Mayura lounge bar.
Cuando entramos pudimos ver que la decoración era exquisita, con muebles de piedra y agua corriendo por ellos, sillones coloridos, mesas detalladas, pero lo mejor estaba tras una puerta, una puerta que nosotros, aquella noche, íbamos a cruzar.
Lo que había en esa habtación era una cama, con una mesilla de madera con forma de estrella sobre ella. Velas, cortinas y otra pequeña habitación con sofás muy bajos.
Esa era nuestra "mesa". Y lo mejor no era tener una habitación para nosotros solos, era que también teníamos a un camarero para nosotros durante toda la noche, un menú VIP y toda la magia que ello representaba.
La comida fue exquisita, todo perfecto.
Lo malo de todo fue...que tocaba volver a casa, eso si, aprovechamos bien el día. Fuimos a tomar algo por el puerto, dimos vueltas por distintas zonas de Barcelona y terminamos en Terrassa, dónde aprovechamos para ver una película.
Ah, como no, me traje mil cosas del hotel xD